Carlos ha sido un mentor, un Coach, un maestro, gran ejemplo e inspiración para mí. A través de los productos digitales que adquirí y en cada conferencia en línea que he estado, han sido «parte aguas» en mi vida. Puedo decir con certeza que, nunca seré el mismo.
Agradezco a Dios por la vida de Carlos, su familia y su equipo por todo lo que han contribuido a la transformación en mis negocios, hábitos, estilo de vida y por supuesto, en el área espiritual ni se diga.
Desde hace aproximadamente 10 años tuve dos veces la misma visión: Dios me llevó a mi futuro y me mostró en segundos una parte de sus planes para mi vida. Al principio no me quedó muy claro, pero desde que Carlos me enseñó «El Poder Para Hacer Las Riquezas» y después estuvo prácticamente llevándonos de la mano para que tuviéramos en claro: Para qué estamos aquí en la tierra; es decir, nos ayudó a descubrir parte de nuestro propósito, mi vida y la vida de mi esposa cambió en una forma sorprendente.
Ahora vemos nuestras vidas más enfocadas de acuerdo a nuestro propósito. Nuestro carácter ha sufrido sorprendentes cambios: Somos más fuertes, tenemos más dominio propio, perdonamos a quienes nos ofenden, vivimos enfocados en nuestro llamado y ya no nos distraemos en cosas que nos alejan de cumplirlo.
Conozco personalmente a Carlos, es un hombre de Dios y estoy seguro que si aplican las cosas tal cual las enseña, les volará la cabeza y sus vidas serán transformadas; y las personas que ahora son, sólo serán un recuerdo de lo grandes, enfocadas, prósperas y bendecidas que serán después.
Hoy estoy cumpliendo junto con mi esposa e hijos uno de los sueños de Dios para nuestras vidas; fuimos llamados a iniciar y pastorear una iglesia en México. Estamos corriendo bajo una Visión de Dios y los resultados que vemos son sorprendentes; personas buscando desesperadamente su propósito, personas siendo sanadas en un instante de toda enfermedad, personas libres, personas salvas y felices, vidas restauradas por el poder de Dios.
Ahora también viajo sirviendo en la música con mis padres espirituales a otras ciudades y países. ¡Vale la pena caminar en tu propósito!
Daniel Higuera
Pastor
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